Unir marca y resultados: el nuevo pilar estratégico del marketing moderno.
Con la evolución de los canales digitales y los cambios en el comportamiento de los consumidores, el marketing está experimentando una transformación. En lugar de elegir entre branding o rendimiento (resultados inmediatos), las empresas líderes del mercado están adoptando un enfoque integrado, combinando ambos pilares como estrategia esencial para un crecimiento sostenible y relevante.
¿Qué es la marca?
El branding es la construcción estratégica de la identidad de una marca. Lo abarca todo, desde la definición del propósito, los valores, el posicionamiento y el tono de voz de la marca hasta la forma en que se presenta visualmente y se relaciona con el público. El objetivo del branding no es vender inmediatamente, sino crear conexiones emocionales duraderas, generar confianza y construir reputación. Es el branding lo que hace que una marca sea recordada, deseada y recomendada, por ejemplo, marcas como Apple, Coca-Cola o Natura son claros ejemplos del poder de una identidad bien construida.
¿Y qué es el Rendimiento?
El rendimiento, en el contexto del marketing, se refiere a acciones impulsadas por resultados mensurables, como clics, clientes potenciales, ventas, descargas o inscripciones. Se trata de campañas destinadas a generar una conversión inmediata, basadas en datos y en métricas claras de retorno de la inversión. Aquí, la atención se centra en la eficacia de los canales de medios de pago, la segmentación precisa y la optimización constante, utilizando herramientas como Google Ads, las redes sociales y la automatización del marketing por correo electrónico.
¿Por qué integrar ambas?
Durante mucho tiempo, la marca y el rendimiento se consideraron estrategias separadas. Pero los retos del mercado actual exigen un enfoque integrado: una marca fuerte facilita la conversión, mientras que los resultados de rendimiento retroalimentan la percepción de valor. Uniendo ambas, las empresas pueden generar resultados inmediatos sin perder de vista el crecimiento sostenible a largo plazo.
Al fin y al cabo, la marca es lo que hace que la gente te elija. El rendimiento es lo que hace que compren ahora. Y juntos, construyen empresas sólidas, relevantes y preparadas para el futuro.
Conclusión
Por un lado, el branding trabaja para reconocer y posicionar la marca, crear conexiones emocionales y crear valor a largo plazo. Por otro, las acciones de rendimiento se dirigen a resultados directos y medibles, como clics, clientes potenciales y ventas. La nueva era del marketing exige que estos dos mundos vayan de la mano: una marca fuerte impulsa la conversión, mientras que unas campañas bien segmentadas alimentan la percepción de la marca.
Las grandes empresas se han dado cuenta de que este equilibrio es lo que sostiene el éxito en los mercados competitivos. Invertir sólo en rendimiento, sin crear una identidad sólida, puede generar resultados inmediatos pero efímeros. Por otro lado, centrarse únicamente en la creación de marca puede dificultar la demostración del rendimiento.
El futuro pertenece a las marcas que entienden que emoción y datos, construcción y conversión, deben ir de la mano.
Fuente: Mundo do Marketing - "Why combining Branding and Performance has become essential for the new marketing era"