Place Branding: cómo convertir lugares en marcas poderosas

En el mundo del marketing, la creación de una marca siempre se ha asociado a empresas, productos o personalidades. Pero hay un concepto que gana cada vez más terreno en la gestión pública y el desarrollo urbano: el Place Branding.

Más que un eslogan turístico o una identidad visual, el place branding busca posicionar ciudades, estados o incluso países como marcas memorables, deseables y reconocibles. ¿El objetivo? Atraer inversiones, generar valor social, impulsar el turismo y reforzar el sentimiento de pertenencia de quienes viven allí.

 

No se trata de inventar, se trata de revelar

A diferencia de las campañas publicitarias puntuales, la marca de lugar no crea una narrativa artificial, sino que identifica la esencia del lugar y la traduce estratégicamente en comunicación, políticas públicas y experiencias.

Es como dar forma y voz al alma de la ciudad, utilizando elementos culturales, históricos, geográficos y sociales para construir una marca que refleje la identidad real del territorio. Esto implica desde la creación de un propósito claro hasta acciones prácticas que generen una percepción positiva entre el público interno (residentes) y externo (turistas, inversores, talento, etc.).

 

Casos que muestran cómo funciona

Seguro que ha oído (o incluso utilizado) expresiones como I ❤️ NY, Increíble India o Barcelona inspira. Son ejemplos de marca de lugar bien ejecutada: marcas que han ido más allá de la comunicación y se han convertido en parte de la experiencia urbana y la memoria colectiva.

En Brasil, las estrategias de marca de lugar más estructuradas son aún tímidas, pero están creciendo, sobre todo en ciudades que quieren atraer eventos, promover el turismo sostenible o crear centros de innovación.

 

Es más que turismo: es identidad, reputación e impacto.

Quien piense que el place branding consiste únicamente en vender destinos se equivoca. Esta estrategia se utiliza cada vez más para reposicionar las ciudades en el periodo posterior a la crisis, recuperar la confianza de los ciudadanos y generar un impacto económico y social duradero.

Y cuando se aplica bien, puede incluso mejorar las políticas públicas, valorizar el talento local y transformar la relación de los residentes con el espacio urbano.

 

La marca también es política pública

En la práctica, la marca de lugar requiere la integración de ámbitos como la comunicación, la cultura, el turismo, la planificación urbana y el desarrollo económico. Implica la escucha activa de la población, la participación social y la construcción de una narrativa basada en datos, historia y vocación regional.

Se trata, por tanto, de una herramienta de gestión estratégica, no sólo de una iniciativa de marketing visual.

 

Conclusión

La marca de lugar es el futuro de la gestión del territorio. En tiempos de competencia global entre ciudades y regiones, crear una marca fuerte y auténtica es más que una ventaja: es una necesidad.

Más que atraer a los turistas, el verdadero reto es cautivar a los lugareños e inspirar pertenencia, demostrando que la marca no consiste en "vender una imagen", sino en traducir una identidad real en experiencias memorables y transformadoras.

Fuente: Metrópoles

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Unir marca y resultados: el nuevo pilar estratégico del marketing moderno.

Con la evolución de los canales digitales y los cambios en el comportamiento de los consumidores, el marketing está experimentando una transformación. En lugar de elegir entre branding o rendimiento (resultados inmediatos), las empresas líderes del mercado están adoptando un enfoque integrado, combinando ambos pilares como estrategia esencial para un crecimiento sostenible y relevante.

 

¿Qué es la marca?
El branding es la construcción estratégica de la identidad de una marca. Lo abarca todo, desde la definición del propósito, los valores, el posicionamiento y el tono de voz de la marca hasta la forma en que se presenta visualmente y se relaciona con el público. El objetivo del branding no es vender inmediatamente, sino crear conexiones emocionales duraderas, generar confianza y construir reputación. Es el branding lo que hace que una marca sea recordada, deseada y recomendada, por ejemplo, marcas como Apple, Coca-Cola o Natura son claros ejemplos del poder de una identidad bien construida.

 

¿Y qué es el Rendimiento?
El rendimiento, en el contexto del marketing, se refiere a acciones impulsadas por resultados mensurables, como clics, clientes potenciales, ventas, descargas o inscripciones. Se trata de campañas destinadas a generar una conversión inmediata, basadas en datos y en métricas claras de retorno de la inversión. Aquí, la atención se centra en la eficacia de los canales de medios de pago, la segmentación precisa y la optimización constante, utilizando herramientas como Google Ads, las redes sociales y la automatización del marketing por correo electrónico.

 

¿Por qué integrar ambas?
Durante mucho tiempo, la marca y el rendimiento se consideraron estrategias separadas. Pero los retos del mercado actual exigen un enfoque integrado: una marca fuerte facilita la conversión, mientras que los resultados de rendimiento retroalimentan la percepción de valor. Uniendo ambas, las empresas pueden generar resultados inmediatos sin perder de vista el crecimiento sostenible a largo plazo.

Al fin y al cabo, la marca es lo que hace que la gente te elija. El rendimiento es lo que hace que compren ahora. Y juntos, construyen empresas sólidas, relevantes y preparadas para el futuro.

 

Conclusión

Por un lado, el branding trabaja para reconocer y posicionar la marca, crear conexiones emocionales y crear valor a largo plazo. Por otro, las acciones de rendimiento se dirigen a resultados directos y medibles, como clics, clientes potenciales y ventas. La nueva era del marketing exige que estos dos mundos vayan de la mano: una marca fuerte impulsa la conversión, mientras que unas campañas bien segmentadas alimentan la percepción de la marca.

Las grandes empresas se han dado cuenta de que este equilibrio es lo que sostiene el éxito en los mercados competitivos. Invertir sólo en rendimiento, sin crear una identidad sólida, puede generar resultados inmediatos pero efímeros. Por otro lado, centrarse únicamente en la creación de marca puede dificultar la demostración del rendimiento. 

El futuro pertenece a las marcas que entienden que emoción y datos, construcción y conversión, deben ir de la mano.

Fuente: Mundo do Marketing - "Why combining Branding and Performance has become essential for the new marketing era"

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